Me gustaría compartir dos reflexiones acerca de la cocina:
“Cocinar y pintar son artes afines. Cuando cocino, añado un poco de esto y un poco de aquello. Es como si mezclase los colores» -Salvador Dali-
“Aprende a cocinar, prueba nuevas recetas, aprende de tus errores, no tengas miedo, y sobre todo diviértete.” -Julia Child-
Estoy muy de acuerdo con ambas frases. Es necesario desdramatizar. Cocinar ha de ser divertido, creativo e instintivo. Lo importante no es el resultado final, lo verdaderamente enriquecedor es el proceso.
Planificar tus menús. Ir a la compra, seleccionar los productos, comprar aquellos que mejor se ajustan por precio y calidad, lo que supone en muchos momentos desplanificar aquellos otros menús del principio. Tratar con mimo los alimentos. Cocinarlos con cariño. Comerlos conscientemente.
Si somos capaces de dedicar parte de nuestro tiempo a cocinar nuestros propios alimentos estaremos honrando nuestra salud. De igual manera que movemos nuestro cuerpo, le damos descanso y le exponemos controladamente al sol, debemos nutrirlo adecuadamente. Y no hay mejor manera de hacerlo que poniéndonos el delantal y convirtiéndonos en el chef de nuestras vidas. Nadie, y digo nadie, lo hará mejor que nosotros.
Cocinar y adquirir cultura culinaria es una herramienta maravillosa que nos facilita enormemente las cosas.
Se me ocurren algunas ventajas:
- Cocinar nos hará involucrarnos en el proceso de la compra. Visitar el mercado, adquirir los mejores alimentos, recibir consejos de tenderos y otr@s veteran@s compradores, ahorrar, animarnos con productos nuevos y desconocidos.
- Ampliar nuestro recetario. Lo que hará más rica y variada nuestra dieta, evitando el aburrimiento, mejorando la adherencia a hábitos saludables.
- Tener destreza en la cocina evitará que caigamos en lo fácil cuando lleguemos cansados a casa o no tengamos muchos recursos en la nevera. Es mucho más sencillo improvisar algo cuando dominamos la situación.
- Si tenemos que llevar tupper a la oficina todo será mucho más sencillo, rico y variado, huyendo del bar de la esquina y su menú de 9,95€
- Dominar el cuchillo y las sartenes nos ayudara a la hora de planificar y elaborar los menús semanales. Serás capaz de preparar una gran cantidad de comida en menos tiempo. Y ya sabes lo importante que es tener comida de calidad esperándote en la nevera.
- Aprenderás técnicas nuevas de cocinado. Lo que te permitirá aprovechar mejor los nutrientes de los alimentos. No es lo mismo un vapor para un brécol que una cocción a baja temperatura para una determinada pieza de carne.
- Si eres respetuoso con los procesos que implican cocinar, también lo serás con el momento de comer. Valorarás mucho más lo que tienes en el plato. Agradecerás cada bocado, lo saborearas, respetaras, y tal vez, solo tal vez, algún día apagarás la tele y dejaras el móvil a un lado mientras comes. Y no sabes lo beneficioso que es eso.
Así pues, dedica algo menos de tiempo a cosas banales y empléate a fondo en la cocina. Aprovéchate de la sabiduría de madres y abuelas, cómprate libros de cocina, consulta en internet. Lánzate y no le tengas miedo, no te preocupes si un día la comida no está tan rica como esperabas o si sabe a rayos, saca el instinto de nuestros ancestros a pasear, comételo, es cuestión de supervivencia (sonrisa) y aprende de tus errores para mejorar la próxima vez.
Pero sobre todo diviértete, se creativo y ponle amor, sobre todo mucho amor, que eso también alimenta.