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La suplementación nutricional ha aumentado exponencialmente en los últimos años debido al boom del fitness y la evolución de las redes sociales. Cuando hablamos de «suplemento nutricional o «complemento alimenticio» nos referimos a cualquier sustancia que se ingiere intencionalmente, además de la dieta de consumo habitual, con el objetivo de lograr un beneficio específico de salud y/o rendimiento.
Sin lugar a dudas, el fitness es el sector deportivo que más consume suplementos. La lista de suplementos en la mayoría de planificaciones deportivos de competición asusta. Y no precisamente por el consumo de excesivas pastillas y polvos, sino porque una gran mayoría de atletas no saben qué toman ni por qué. Y lo peor, ni sus preparadores lo saben.
Es un sector en el que se sobresuplementa. Y dejando de lado la seguridad que podrían no tener los suplementos consumidos, habría que reflexionar y pensar qué funciona, qué no funciona, y posteriormente, qué usar y no usar.
¿No habría que empezar a pensar por qué tomamos algo y qué buscamos de verdad?
En la ponencia que realizaré en elpróximo Summit Paleo 2018 me gustaría explicar por qué suplementar puede ser, a veces, un problema para la salud y la economía de la persona que los utiliza. Hace falta mejorar la legislación de cara a proporcionar mayor seguridad en los suplementos.